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08/15/2025 / José Quintás Alonso

Lost in Math: How Beauty Leads Physics Astray

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), La vida es sueño (1635)

Jornada 3, escena 19 (monólogo de Segismundo)

SEGISMUNDO:

Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Hipótesis de Simulación

La hipótesis de la simulaciónargumento de simulación o simulismo, propone que toda la existencia es una realidad simulada, como una simulación computarizada.[1][2][3]​ Esta simulación podría contener mentes conscientes que podrían saber o no que viven dentro de una simulación. Esto difiere bastante del concepto tecnológicamente realizable de realidad virtual, fácilmente distinguible respecto de la experiencia de la realidad actual. La realidad simulada, por el contrario, sería difícil o imposible de separar de la supuesta realidad «verdadera». Mucho se ha debatido sobre este tema, desde el discurso filosófico hasta las aplicaciones prácticas en informática.

Popularizada por Nick Bostrom en su concepción actual,[4]​ se parece a varios otros escenarios escépticos de la historia de la filosofía. La idea de que tal hipótesis es compatible con todas las experiencias perceptivas humanas se considera que tiene importantes consecuencias epistemológicas en ese terreno.

La hipótesis desarrolla la característica del dios maligno de René Descartes, pero la lleva más allá por analogía en una realidad simulada futura. La misma tecnología ficticia aparece, en parte o totalmente, en películas de ciencia ficción como Star TrekDark CityThe Thirteenth FloorMatrixAbre los ojosVanilla SkyTotal RecallInception y Source Code.[5]

La hipótesis popularizada por Bostrom es muy discutida con, por ejemplo, la física teórica Sabine Hossenfelder, quien la calificó de pseudociencia,[6]​ y el cosmólogo George F. R. Ellis, quien afirmó que «[la hipótesis] es totalmente impracticable desde un punto de vista técnico» y que «los protagonistas parecen haber confundido la ciencia ficción con la ciencia. Una discusión nocturna de pub no es una teoría viable».[7]