Ibón de Marboré
Subir al balcón de Pineta es algo más que un paseo. En la parte derecha del gráfico, puede verse la dificultad natural de algunas excursiones, el desnivel, distancia, tiempo…
A las 8:30 de la mañana, finales de septiembre de 2013, presentaba este aspecto. El sol está saliendo, la luna omnipresente, silencio y la montaña enfrente.
En la parte baja hay pino, roble, helechos…
Puedes ver y oir la cascada del Cinca.
En una hora has salido del bosque y en otras dos horas puedes ver el zig-zag con el que convives. Puedes apreciar cuatro personas.
Hay tres personas que casi están llegando el balcón.
Arriba a la izquierda, el balcón.
Ahora ves el valle de Pineta y a buscar el camino al ibón que sortea el mar de piedra.
Bueno, señalar que el tiempo cura las agujetas crecientes…a eso ayudan unas alubias rojas con sus sacramentos y un lomo de bacalao chanfainero, con su bebida y café…15 €, Rte «Dos Rios» en Ainsa. Por cierto, volver a ver el centro histórico de Ainsa es siempre agradable: sus dos calles, su plaza, fuerte (con la documentación del centro de información incluida), mirador e iglesia románica (campanario, cripta, templo y una selección de gregoriano mientras dura la iluminación).
Como irte de Pineta sin ir a Tella, hablar con la ermita de los santos «Juan y Pablo» y la peña que le da cobijo, como irte sin pasar la mano por el dolmen que cae de camino.
Es posible que desde Ainsa te llegues a San Martín de Buil. En obras.
De vuelta Pineta, la parada en Badain, sereno, me parece obligada. Está abierta. Hay culto.
Y de vuelta a casa, parar en Abizanda dónde se puede comprobar el buen hacer de los maestros lombardos.
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