Faja de Pelay.
La foto mil veces realizada. Torla y las montañas circundantes.
En el Centro de visitantes insisten especialmente en tres cuestiones que estimo importantísimas: conservación del entorno, el camino y no solamente lograr el objetivo, el viaje al interior; por esto hay personas que suben solas… si bien hay un riesgo y en ocasiones es imposible y/o totalmente desaconsejable.
Al final del aparcamiento, en la Pradera, a mano derecha hay carteles indicando la senda de cazadores. Por ella puedes llegar al Refugio pero también pues bajar antes e ir a la Cola del Caballo. El desnivel a salvar son 700 metros en aproximadamente un kilómetro (similar al carreró de el Puig Campana, pero en zetas, entre hayas, por la umbría); como una hora y 45 minutos. Llegas al Mirador de Calcilarruego.
Sigues la senda, unos siete kilómetros; muy marcada, amplia y fácil… sin susto alguno; a veces entre hayas, otras entre abetos. Ves desde otra perspectiva y, sintiéndote pequeño, estás contento.
El circo de Cotatuero y la brecha de Rolando. A la izquierda Gallinero y a la derecha la Fraucata ; un poquito más adelante, está espectacular con la luz del sol en sus paredes.
Y allí está de circo de Soaso…y el Monte Perdido parece que acompañado por el Cilindro y Añisclo; pequeñita la torre de Góriz. También se ve perfectamente la senda que viene de la Pradera y la propia Faja de Pelay que baja suavemente.
Y si quieres vas a ver la cola del caballo o vuelves a la Pradera pasando por las gradas de Soaso (o subes a Góriz).
Tenía tres objetivos; ay… solo uno puede hacerlo realidad.
Depende del programa y de las ganas… pero si vas a Ainsa es seguro que vas a encontrarte con Románico -castillo e iglesia ( con su cripta, torre…)-, casonas con picaportes llamativos, productos suculentos…y las sorpresas no están descartadas; por ejemplo, me encontré ( el 27 de septiembre) con la primera concentración de Enduro celebrada en España (creo); carácter es internacional y, precisamente, lograron llevarla a Ainsa.
Algunas de las rutas propuestas – o todas, no lo se…- deben de ser todo un desafío a la competencia técnica, la fuerza y la serenidad.
Pues, justo el 27, a la entrega de premios… una tormenta de primera con su aparato eléctrico y agua…¡en cantidad!.
Y allí estaba el Cinca, corriendo rápido a encontrarse con el Ara y en el fondo del cuadro, entre niebla de gotitas, ellas, las montañas.
Ese día también ocurrió que la Luna estaba en el perigeo y parece ser que, además, tenía un color rojizo. Causas naturales, nada apocalíptico.
Ah, y celebraron elecciones autonómicas en Cataluña.
Tenía tres objetivos
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