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10/09/2018 / José Quintás Alonso

#MeToo y una pregunta

Hay una frase que me  parece muy asquerosa; siento emplear ese calificativo, pero es así.

La frase en cuestión es:

Si eres buena conmigo, yo seré bueno contigo

Si eres bueno conmigo, yo seré buena contigo.

Si eres bueno conmigo, yo seré bueno contigo

Si eres buena conmigo, yo seré buena contigo

Los interlocutores tienen posiciones de poder diferentes y, supongo, que la pronuncia la persona que está en una posición de tomar decisiones (si bien, la necesidad o la ambición pueden sugerir la existencia de otra dirección); el subordinado/a la entiende, obviamente, no como una reciprocidad normal, si no cargada de contenido sexual (aunque puede no ser el único). No se trata de valorar el trabajo, no se trata de tener en cuenta las aptitudes y actitudes puestas en juego para lograr los objetivos comunes… parece que, se va a obtener el “papel” mediante la puesta en juego de otra cuestión que nada tiene que ver con el desempeño de las tareas propias del puesto al que se opta. Ante una situación similar, entiendo que la Rebelión debe ser la respuesta

Efectivamente, un productor/a de cine, puede tener esa actitud pues tiene capacidad de decisión sobre las elecciones. Alguien que decide sobre listas electorales o de representación, también tiene una capacidad de decisión similar y puede mostrar idéntica actitud…etc

Vamos a pensar que la actitud que refleja la primera de las frases ha colaborado a crear el movimiento #MeToo ; las otras frases no han generado nada similar hasta la fecha… que yo sepa

¿Y cuál es la pregunta?

De entre las varias que pueden hacerse, elijo la siguiente:

¿Qué razones puede haber para que el mundo sindical y el mundo de los partidos políticos (los “progresistas” también), estén exentos de la actividad de #MeToo?.

 

 

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