La montaña es muy bruta.
Y el Everest con una tormenta especial…¿puede imaginarse?. Creo que se puede comprender las condiciones que debieron rodearles; comprender no es sentir. La cresta da miedo… aunque no hubiera tormenta, aunque no fuera el Everest. Aquel 10 de mayo de 1996 fue especialmente duro: 8 ó 9 personas perdieron la vida.
Los 121 minutos pasaron como un suspiro.
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