Todo el país en servidumbre
«No son las cuadrillas de gente a caballo, no son las compañías de a pie, no son las armas las que defienden al tirano; no se creería de golpe, pero ciertamente es verdad: son siempre cuatro o cinco quienes mantienen al tirano, cuatro o cinco que tienen a todo el país en servidumbre. Siempre han sido cinco o seis a quienes escucha el tirano, y se han acercado por ellos mismos, o bien han sido llamados por él, para ser los cómplices de sus crueldades, los compañeros de sus placeres, los rufianes de sus voluptuosidades, y los que se reparten el botín de sus pillerías. Estos seis dirigen tan bien a su jefe, que es necesario, para la sociedad, que aquel sea malvado, no solo por sus perversidades, incluso por las de ellos, Debajo de estos seis hay seiscientos que se aprovechan, y hacen de sus seiscientos lo que los seis le hacen al tirano. Bajo estos seiscientos hay seis mil, a quienes sitúan en cargos de cierta importancia, dándoles el gobierno de las provincias o el manejo de los denarios, a fin de favorecer su avaricia y su crueldad, para que la ejecuten cuando convenga, y para que hagan tantos males, por lo demás, que no puedan hacer nada si no es bajo su sombra, ni eximirse de las leyes y del castigo más que recurriendo a ellos. Grande es el séquito que viene después, y quien quiera entretenerse devanando esta red, verá que no solo son los seis mil, sino los cien mil, los millones los que por esta cadena sostienen al tirano. Se sirven de ella al igual que Júpiter, que, Homero, se jactaba de que si tiraba de la cadena atraería hacia sí a todos los dioses De ahí provenía el mayor poder del senado bajo Julio César, el establecimiento de nuevas funciones, la institución de cargos; y no era desde luego, si se considera juiciosamente, para reformar la justicia, sino para crear nuevos soportes de la tiranía»
Étienne de la Boétie ( 1530-1563)
Una faceta, verdadera, del diamante del Poder
Mi tesorooooooo…..
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